Un "Santa Clos" de AZ llevó regalos a Peñasco

Justo a tiempo para la Navidad, un moderno "Santa Clos" -representado por residentes del área de Phoenix y de Tucson- viajó hasta la frontera y atravesó la turística ciudad de Puerto Peñasco, Sonora, para llevar un juguete a decenas de niños y dar esperanza a familias que viven en zonas marginadas.

En lugar de las largas barbas blancas, la figura regordeta y el típico atuendo rojo, papá Noel llegó en camionetas cargadas de juguetes, ropa y otros regalos que fueron recibidos con evidente alegría dibujada en sus rostros por residentes de la colonia San Rafael, en la ciudad porteña.

En contraste con la zona turística, donde se impone la modernidad de los hoteles y otras construcciones residenciales y comerciales, en dicha colonia -comprendida en un perímetro de aproximadamente 2 millas cuadradas-, imperan las casas de cartón y madera, reflejando una realidad social diferente.

"Nosotros hemos visitado Puerto Peñasco como turistas y al mismo tiempo nos hemos dado cuenta de las carencias que existen en algunos sectores, por ello nuestro deseo de ayudar", expreso Raúl Sandoval, fundador de la campaña Regala Una Sonrisa, mediante la cual se recolectaron los juguetes que fueron donados.

Quince voluntarios del proyecto Regala Una Sonrisa viajaron el sábado pasado a la ciudad porteña para entregar los juguetes que se recolectaron en Arizona, cumpliendo por tercer año consecutivo con esta noble misión; pese a barreras aduanales y distancias geográficas triunfó el deseo de ayudar.

La generosidad de muchos residentes de Phoenix y de Tucson que donaron juguetes a través de la campaña que se promociona en Facebook a través de la página Regala Una Sonrisa, significó una "oración atendida" para Mayra, residente de Puerto Peñasco.

"Les doy las gracias porque no tenía la manera de darles un regalo a mis hijos este año", expresó la joven madre soltera, que con siete hijos de entre 9 meses y 13 años de edad, se le dificulta encontrar un empleo.

Como "abejas en un colmenar" más de 200 niños y adultos se acercaron a una de las dos camionetas tipo pick up cargadas de juguetes para esperar su regalo.

"Yo me siento agradecido porque me dieron un regalo y porque hay personas que se preocupan por nosotros en Navidad", manifestó César Humberto, de 12 años, quien recibió una mochila con unos cuadernos electrónicos interactivos.

"No hay palabras para describir la sonrisa de un niño que espera poder abrir un regalo esta Navidad", expreso Karina Mendivil, residente de Tucson que ha apoyado el proyecto social desde sus inicios.

Al finalizar la jornada social, el grupo de voluntarios de Regala Una Sonrisa agradeció a las personas que donaron para llevar a cabo la noble causa.

El proyecto "Regala Una Sonrisa" también se extendió a las colonias de cartón en la ciudad de Hermosillo, Sonora, donde se repartieron cientos de juguetes entre los residentes de esa zona con carencias extremas.