ONU: Nuevas sanciones contra rebeldes en Congo

NACIONES UNIDAS - El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impuso el lunes un embargo de armas a los grupos rebeldes M23 y FDLR en un intento de suprimir el combate en la región este del Congo, devastada por el conflicto.

El comité del consejo que vigila el cumplimiento de las sanciones contra el Congo impuso además una prohibición a viajar a ese país y el congelamiento financiero de activos de dos líderes del M23: Jean-Marie Runiga, presidente del grupo rebelde; y a uno de sus comandantes militares, el teniente coronel Eric Badege.

El consejo actuó en la víspera de Año Nuevo, un día antes de que Ruanda se una al cuerpo más poderoso del organismo internacional por un período de dos años. Las sanciones requirieron la aprobación de los 15 miembros del consejo.

Susan Rice, embajadora estadounidense ante la ONU, aplaudió el acuerdo unánime diciendo que Estados Unidos cree que las nuevas sanciones "ayudarán directamente a avanzar en la meta de una paz sustentable" en el este del Congo.

"Instamos a las filas tanto del M23 como del FDLR a desertar y desmovilizarse para que puedan desvincularse de los grupos sancionados", dijo Rice en un comunicado.

Ambos grupos rebeldes tienen sus orígenes en las cicatrices dejadas por el genocidio de 1994 en Ruanda.

El M23 está conformado por combatientes en su mayoría del grupo étnico tutsi que fue objeto de exterminación durante el genocidio y que se cree son respaldados por Ruanda, lo cual niega el gobierno de esa nación.

Formado por cientos de soldados que desertaron del ejército congolés en abril, el M23 ha tomado desde entonces el control de muchas villas y poblados en el este, rico en minerales, y tuvieron en su poder a la crucial ciudad de Goma antes de abandonarla hace unas semanas.

Desde entonces han dado pasos hacia una negociación con el gobierno congolés, pero residentes de Goma dijeron hace aproximadamente 10 días que el M23 y otros combatientes armados se estaban posicionando dentro y alrededor de la ciudad.

Los perpetradores del genocidio de 1994 en Ruanda eran del grupo étnico hutu, quienes huyeron a través de la frontera y se refugiaron en selvas del este del Congo. Sus líderes se reagruparon bajo el estandarte de las Fuerzas Democráticas para para la Liberación de Ruanda, o FDLR.