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Rajoy: España tiene ya la cabeza fuera del agua

MADRID - El presidente español Mariano Rajoy dijo el miércoles que lo peor de la crisis económica ha pasado, reveló que el país ha conseguido reducir en más de dos puntos el déficit público gracias a los excepcionales recortes de su gobierno y anunció una batería de medidas de estímulo económico para sentar las bases de la recuperación.

"España tiene ya la cabeza fuera del agua", dijo gráficamente Rajoy en un discurso de más de hora y media en el Parlamento durante el debate anual sobre el estado de la nación. "Hemos perdido muchos empleos, nos han zarandeado toda clase de turbulencias económicas, ha costado mucho dolor".

"Pero el barco no se ha hundido", agregó.

Después de varios meses de gran desgaste para el jefe del gobierno, sacudido por varios escándalos de corrupción en su partido, dos huelgas generales y un enorme malestar social por sus políticas, Rajoy dio a entender que España conseguirá salir adelante sin necesidad de un rescate financiero de la Unión Europea y que la época de los recortes, o al menos los más duros, terminó.

La oposición socialista calificó la intervención de excesivamente triunfalista, decepcionante y desapegada a la realidad.

"Nada está mejor que hace un año y todo lo importante está peor", afirmó Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del socialismo.

Pero el presidente anunció que el déficit público cerró por debajo de 7% en 2012 desde 9% del año anterior. Aunque evitó concretar si se ha cumplido el objetivo de llevarlo a 6,3% del PIB, tal y como se comprometió con Bruselas.

Rajoy calificó de inevitables decisiones como las subidas de impuestos o los ajustes en educación y sanidad. Dijo entender las protestas, pero aseguró que las medidas pronto empezarán a dar resultados.

"Se nos podrán reprochar muchas cosas, pero nunca la cobardía de no cumplir con nuestro deber por temor a los riesgos o a la impopularidad", señaló. "Estamos todavía en la fase previa a la recuperación económica y mi mayor preocupación es que no retrocedamos ni un milímetro", agregó.

Rajoy insistió en que el principal objetivo de su mandato es sacar el país de la crisis y bajar la abrumadora tasa de 26% de desempleo, con casi 6 millones de desocupados.

En ese sentido, enumeró una batería de reformas que pretenden estimular la actividad económica. Entre ellas, destacó un plan de empleo juvenil que eliminará o bonificará 75% los costes sociales de las empresas por contratos a tiempo parcial para menores de 30 años.

La medida, dijo, pretende atajar el alarmante desempleo juvenil de 55% y estará vigente hasta que la tasa de desocupados baje a 15%.

Además, anunció un programa de ayuda para pequeñas y medianas empresas que movilizará créditos por 45.000 millones de euros (60.205 millones de dólares) a través de diversas fórmulas de financiación público-privadas.

"La situación que nos encontramos al llegar al gobierno impuso un doloroso preámbulo antes de poder abordar algunos de nuestros compromisos electorales. Pues bien, en la medida en que las circunstancias lo vayan permitiendo, iremos haciendo honor a nuestra palabra", explicó sobre las reformas.

Rajoy habló también del saneamiento del sector bancario, que espera culminarse este año. España usó casi 55.000 millones de dólares de un crédito de la Unión Europea para rescatar a 30% de su sistema financiero, ahogado en un mar de activos tóxicos devaluados por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en 2008.

El mandatario no mencionó un posible rescate total de sus finanzas, similar al de Grecia, mediante la intervención del Banco Central Europeo en el mercado secundario de deuda. España estuvo literalmente contra las cuerdas a mediados del año pasado, cuando el interés de sus bonos a largo plazo se disparó hasta casi 8%.

El rendimiento se ha rebajado considerablemente hasta el 5%, fundamentalmente por la débil confianza que los inversionistas internacionales empiezan a mostrar en España y, sobre todo, por el mecanismo de defensa ya existente que permitiría al Banco Central Español comprar bonos españoles para garantizar su financiación en caso de que fuera necesario.

Por eso los expertos piden prudencia a pesar del tono positivo del presidente.

"La necesidad o no de financiación externa de España dependerá de lo que suceda este año, no de lo conseguido el año pasado", consideró Javier Díaz-Giménez, profesor de Economía de la escuela IESE Business School.

La economía ocupó prácticamente la totalidad de las palabras de Rajoy. Aunque también hubo espacio para dos cuestiones de máxima actualidad en el país ibérico: la corrupción política y el desafío independentista de Cataluña.

Rajoy ofreció un pacto al resto de grupos para luchar contra la corrupción y esbozó posibles medidas para hacer más transparentes las cuentas de los líderes políticos, partidos y sindicatos, así como el endurecimiento de penas por algunos delitos.

No obstante, el presidente no hizo mención al caso que afecta al gobernante Partido Popular y el presunto cobro de sobresueldos millonarios bajo la mesa durante años.

En cuanto a Cataluña, cuyo gobierno anunció un referéndum para separarse del resto de España en 2014, recordó que la soberanía del Estado reside en todo el pueblo y no en una parte.

Sin mencionar directamente Cataluña, Rajoy dijo estar dispuesto a hablar de cualquier "aspiración insatisfecha" con cualquier región del país, pero siempre dentro de los límites de la constitución.

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