¿Cuál es el pilar de la comunidad chicana? Es la familia y sus valores. Hay decenas de miles de jóvenes latinos en escuelas preparatorias y universidad con altas ambiciones porque sus familias cuentan con generaciones de exitosos modelos de conducta.
Por ejemplo, la familia del abogado de Phoenix, Daniel R. Ortega Jr. Danny Ortega está en su tercer período como presidente de la mesa directiva del Consejo Nacional de La Raza y ha sido un severo crítico de la SB1070 y los políticos de Arizona que respaldaron esa legislación. Además es miembro de la mesa directiva de la Fundación Cesar Chávez y desde 1971 ha participado en 31 organizaciones en diferentes puestos.
Ortega, nacido en El Paso, Texas, viene de una familia grande. Su padre, Daniel R. Ortega, nacido en Laveen pero criado en Ciudad Juárez, México, y su madre Elvira Ávila Ortega, nacida en Torreón, Coahuila, tuvieron 8 hijos.
De esos 8 hijos, 7 tienen licenciaturas ,6 de Arizona State University y el otro del Grand Canyon College. El octavo hijo trabaja como enlace comunitario en un distrito escolar de Phoenix. Ortega y sus hermanos pasaron gran parte de su niñez en el suroeste estadounidense y en Juárez.
Ortega tiene tres hijos, todos graduados de la Universidad Estatal de Arizona. Reyna es licenciada en enfermería. Daniel III tiene una licenciatura en ciencias políticas y recién obtuvo su título de derecho. Su otro hijo, Miguel, es graduado en Educación Física.
"Si hoy en día hablas con los inmigrantes", dice Ortega, quien tiene 60 años y es abogado de lesiones personales, "no son diferentes a mi mamá y mi papá. En el caso de mi papá, fue un trabajador agrícola, pero siempre soñó que tendría un pequeño negocio".
"Mi papá tuvo que convertir lo negativo en positivo ya que los trabajos asalariados no estaban disponibles para un mexicano sin educación. Sin embargo, el espíritu empresarial se antepuso y él sacó provecho de las oportunidades que la sociedad le negó".
"Mi padre nunca pensó 'Ellos no me están dando empleo porque soy mexicano'. Él sólo dijo 'Voy a seguir adelante'. Tampoco se quejaba de que el racismo lo estuviera frenando'. Él siempre expresó, 'si trabajas fuerte, tendrás éxito'.
Y su padre tuvo éxito. Se compró una camioneta vieja en 1958 y comenzó a transportar vegetales y productos de los campos a las fábricas enlatadoras, ganando mucho más dinero de lo que hubiera ganado en la pizca de la naranja o el algodón".
El padre de Ortega falleció hace 7 años. Su madre vive en el Sur de Phoenix.
Ortega dice que muchos de los 75 mil inmigrantes indocumentados y simpatizantes que marcharon para protestar contra la ley SB1070 en mayo de 2010, tienen sueños similares de comenzar un pequeño negocio.
En su caso, dice, él comenzó a trabajar a la corta edad de 5 años, ayudando a cargar y descargar los camiones que venían de los campos. "A los 8 comencé a cortar pasto y después me conseguí una ruta para entregar periódicos. Mis padres trabajaron, trabajaron y trabajaron, como si no hubiese algo más que hacer. El trabajo fue la base de nuestra familia, y la razón de su fortaleza".
Ortega asistió a la escuela preparatoria Phoenix Union High School y fue un estudiante de alto rendimiento académico. Fue presidente de su clase y sobresalió en el deporte. Los estudiantes anglosajones no tenían problemas al elegir sus clases pre-universitarias, pero los maestros de Ortega le insistían en que tomara clases de mecánico "para ser un mecánico automotriz u obrero de metalurgia o algún otro oficio para chicanos". Pero él se rehusó y tomó las clases que quiso.
A pesar de que todos los méxicoamericanos en Arizona y el Suroeste estaban organizados, Ortega no tenía mucha conciencia política, ya que era un estudiante de preparatoria que "estaba muy orgulloso de ser descendiente de mexicanos, de su música, su comida, y de su estructura familiar".
Su primer encuentro con la acción política llegó cuando "los estudiantes de ASU con MASO (Organización de Estudiantes México Americanos, por su traducción al español), organizada en 1968, me invitaron a una reunión de LULAC (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos). Yo asistí, con la idea de conseguir una beca para entrar a ASU. Sin embargo, al presentarse una confrontación entre los dos grupos Ortega descubrió que él tenía mucho en común con MASO, ya que había sido fundada por estudiantes como él.
Danny obtuvo un asesoramiento temprano en acción y conciencia política de los veteranos activistas Joe Eddie Lopez y Rosie Lopez, quienes ayudaron a fundar Chicanos Por La Causa.
"Sólo tenía 17 años. MASO me invitó a una reunión en la casa de Joe Eddie en Avenida 39 y Lewis. ¡Esa casa albergó tantas reuniones! Ellos me pidieron que hablara. Todo era nuevo para mí, pero me sentía muy feliz de estar junto a mexicoamericanos de la universidad... Desde entonces ya no hubo vuelta atrás".
Fue el momento ideal para que un joven chicano fuera a la Universidad, dice. La lucha nacional por los derechos civiles estaba apoyando a las comunidades latina, afroamericana, nativo americana y asiática. El Congreso, las universidades y fundaciones se sintieron motivados para ofrecer becas a estudiantes no anglosajones. Ortega ganó un Pell Grant y pasó su examen del colegio de abogados en 1977.
Ortega dice que Arizona está en un punto crítico de su destino.
"Lo peor de la ola de prejuicios antilatinos, antiinmigrantes, puede haber acabado", dice. "El péndulo ahora está girando hacia el otro lado; la clase media dominante está empezando a decir 'Esto no está bien'. Los estados fuera de Arizona se dieron cuenta que los políticos pueden arruinar empresarialmente la imagen de un estado, como sucedió aquí.
"Creo que vamos a superar esto y llegar al punto en el que todos reconozcan que nosotros (los chicanos) somos contribuyentes. Vamos a ser la mayoría en el futuro. Depende de los latinos el comportarnos de manera que no vuelva a suceder lo antes ocurrido. Necesitamos tener la visión para entender lo que significa ser la 'mayoría'.
"Yo nunca acepté la palabra 'minoría'. Me degrada como ser humano. Yo estoy con la mayoría, nacidos y criados en Estados Unidos".