La organización Raza Development Fund (RDF), fundada en Washington D.C. en 1998, es una entidad singular. Técnicamente, es una de las llamadas "instituciones financieras de desarrollo comunitario". Es un banco, pero sin fines de lucro; tampoco es un banco en el que los clientes tengan sus cuentas personales y escriban cheques.
Nacido de la lucha por la igualdad de derechos impulsada por el Movimiento Chicano, la finalidad del RDF es prestarle fondos a las organizaciones comunitarias que busquen construir o mejorar escuelas charter, clínicas de salud, centros comunitarios y viviendas asequibles, primordialmente al servicio de las familias latinas y pobres de todo Estados Unidos.
Las raíces del RDF están vinculadas al Movimiento Chicano y a organizaciones como Chicanos por la Causa, que surgió en Phoenix en 1969 como una organización activista y posteriormente se convirtió en una Asociación de Desarrollo Comunitario. RDF también está vinculado al crecimiento del Consejo Nacional de la Raza, la organización latina de derechos civiles más grande de Estados Unidos y es, de hecho, una sociedad de apoyo al NCLR.
El personaje clave detrás del origen del Hope Fund (fondo de la esperanza), ahora RDF, es Tommy Espinoza, su Presidente y Director General. Espinoza, que nació en un barrio del Sur de Phoenix, contó con la ayuda de expertos y visionarios del desarrollo comunitario para persuadir a Bank of America, State Farm Insurance, Citi Bank y varias empresas americanas grandes a contribuir a darle vida económicamente.
Espinoza no era banquero, pero desde su juventud se dio cuenta de la necesidad de su comunidad y tuvo esa visión. Tomó parte en las manifestaciones cuando los chicanos de Phoenix estaban desarrollando CPLC para poder desafiar al status quo, que en ese entonces, dictaba que los mexicoamericanos trabajaran principalmente como obreros y que no ofrecía educación de calidad para los niños de los barrios. Al igual que otros líderes CPLC, Espinoza trabajó para obtener poder político para la comunidad chicana.
En RDF se materializa una filosofía que también está ligada con el pasado y el presente de Espinoza: la necesidad de servir a las familias latinas y, sobre todo, el tipo de liderazgo y deseo de ayudar a los pobres que viene de su crianza en una familia mexicana, de su devoción a la Virgen de Guadalupe y de ser un católico devoto.
Él sufrió discriminación en su juventud y decidió luchar contra la injusticia desde una edad temprana. A fines de los 60, surgieron las exigencias de derechos civiles e igualdad, de las minorías de la nación. Era una época en la que los chicanos de Phoenix comenzaban a crear CPLC, Valle De Sol y a organizar a los barrios latinos de Phoenix para presentar peticiones ante la ciudad, los distritos escolares y los bancos.
Espinoza, que había estado trabajando para la ciudad creando programas para jóvenes latinos, se ofreció de voluntario para instalar alfombras gratis en CPLC y llegó a conocer a sus pioneros como Joe Eddie López, Ronnie López, Danny Valenzuela, Luz Baeza y Antonio Díaz. Por primera vez en la vida "estaba hacienda algo por una causa, por el Movimiento (Chicano)", dijo.
"El Director Ejecutivo de CPLC Ronnie López era inteligente -dijo Espinoza-, entendía el poder de la política. Sabía a dónde conducir a CPLC." Los líderes chicanos decidieron relacionarse con todos los candidatos presidenciales del Partido Demócrata de 1972, incluso el alcalde de Nueva York, John Lindsay, un ex republicano.
Fue una táctica brillante, dijo Espinoza, porque por primera vez le dio a los chicanos acceso a puestos políticos que les habían sido negados. Espinoza se convirtió en delegado de Lindsay. Alfredo Gutiérrez fue electo como senador del estado. Joe Eddie López fue electo para la Junta de Supervisores del condado. "Esto le dio a la comunidad chicana una sensación de éxito. Había creado poder político."
Pero Nixon salió electo. La mayoría de los programas federales que ayudaron a las organizaciones comunitarias como CPLC fueron congelados. En 1974, Espinoza se convirtió en el director ejecutivo de CPLC, un puesto que sostendría durante una década, y comenzó a intentar hablar con los funcionarios públicos líderes de Arizona.
Se estableció diálogo con la alcaldesa de Phoenix Margret Hance. NCLR había abierto sus oficinas en Washington D.C. en 1974 y Raúl Yzaguirre, CEO de NCLR, le permitió a Espinoza usar las instalaciones de NCLR para tener acceso a los líderes del Congreso.
También decidió obtener sus licencias de agente de bienes raíces y corredor hipotecario. CPLC tuvo entonces la facilidad de trabajar desde dentro del establecimiento comercial. Cuando Espinoza dejó CPLC en 1984, se había asegurado de que los miembros de su consejo fueran elegidos de dentro de la comunidad latina para que los líderes de CPLC pudieran estar verdaderamente conscientes de las necesidades de la comunidad.
Él quería impulsar el desarrollo económico. Una vez que lo logró, miembros electos de la junta como Lupe Huerta le preguntaron, "Bueno, ¿pero qué estás haciendo por los ancianos? Necesitamos un centro comunitario. Necesitamos viviendas asequibles".
Como resultado, en 1980, se construyeron los complejos de departamentos como Casa de Primavera, un proyecto de $5.45 millones con 163 unidades. CPLC, usando esta base para impulsar más construcción, fue reconocida como una de las organizaciones de desarrollo comunitario más fuertes del país.
También hizo que Espinoza fuera invitado a una reunión en la Casa Blanca con el presidente Carter y con la presencia de Graciela Gil Olivares, la personalidad de radio de habla hispana de Phoenix que fue una de sus mentoras de la infancia. Ella ayudó a CPLC a lograr el acceso a las grandes subvenciones. A mediados de los 70, cuando NCLR expandió su membresía para incluir a todos los latinos y se convirtió la organización hispana de derechos civiles más grande, Espinoza fue electo como uno de los miembros de su consejo.
Al reflexionar sobre esa etapa, Espinoza dijo: "El éxito de CPLC no se trataba tanto de los edificios que construíamos, sino del liderazgo joven que se desarrolló de nuestro equipo estrella" que construyó la organización. Esas personass incluían a Elisa de La Vara, Peggy Hirsch, Art Othon, Pete García, Art Portillo, Ralph Vélez, Larry Chávez, Danny Ortega y el juez Noel Fidel, el primer no chicano en ser Presidente de la Junta de CPLC (1978-82), por nombrar algunos.
Yzaguirre llamó a Espinoza en 1997 y le pidió que fuera a Washington a administrar proyectos de desarrollo comunitario y reorganizar las relaciones de NCLR con sus filiales. Él observó la estructura que había creado Yzaguirre que vinculaba a millones de latinos, y se dio cuenta que no había forma de que NCLR pudiera subvencionar a esas filiales y barrios que necesitaban ayuda.
En 1998, usó su experiencia con CPLC y sus conocimientos comerciales y políticos, para desarrollar algo Nuevo: Partnerships of Hope (Asociaciones de Esperanza).
"Esta fue una idea -dijo-, que tomaba lo mejor de la organización de la Santa Madre Teresa (en los barrios marginados de Calcuta) y las usaba para nuestra comunidad. Ella construyó una organización internacional de desarrollo comunitario. Comenzó con escuelas y asilos para los moribundos. Ayudó a los pobres. Se trataba simplemente de funcionalidad y fe."
Con la ayuda de Mark Van Brunt, Charles Kamasaki, Bernardo Ramírez, Arabella Martínez e Yzaguirre, la idea se convirtió en el Hope Fund (Fondo de la Esperanza), ahora el RDF. Espinoza fue nombrado Presidente y Director Ejecutivo. Van Brunt es Director de Operaciones. Kamasaki sirvió como miembro del consejo y es el Vicepresidente Ejecutivo de NCLR. RDF estableció su sede en Phoenix, desde donde opera actualmente.
RDF fue diseñado para prestarles dinero a los proyectos que se originan desde la comunidad hacia arriba. Las comunidades que desean establecer escuelas charter, clínicas de salud y centros comunitarios contactan al RDF con solicitudes de financiamiento. RDF evalúa las solicitudes y financia las mejores de ellas, verificando muy de cerca su progreso y dándoles consejos conforme se pone en marcha el proyecto. Pero para poder lograr su misión de servir a las familias latinas y pobres, RDF necesita socios financieros nacionales que crean en su visión de proveer capital para llevar a cabo proyectos de desarrollo comunitario, los primeros en unirse a la sociedad del Hope Fund de RDF fueron Bank of America, State Farm Insurance y Citi Bank.
"Con nuestros socios financieros hemos otorgado más de 1,000 millones de préstamos desde el nacimiento de RDF -dijo Espinoza-, tenemos más de 70 millones de préstamos en nuestra cartera. Toda esa pasión, pericia y experiencia que salió del Movimiento Chicano, terminó por crear el banco latino de desarrollo comunitario más grande del país."